Nicodemo maestro de la ley - de la Escritura - va al encuentro de Jesús pues intuye que es el Mesías esperado por Israel. Jesús le dice que tiene que nacer de nuevo, de Dios, para entrar en el Reino de los Cielos. Sorprendido, Nicodemo le pregunta si es que tiene que volver al seno de su madre para nacer de nuevo. (Jn 3,4) Jesús mirándole a los ojos le responde:
¿Eres Maestro en Israel y no sabes esto?
Con esta respuesta Jesús está señalando el peligro que nos impide tener una fe
firme. El peligro de almacenar citas bíblicas en la mente marginando el
corazón. Nicodemo es un caso emblemático para que abramos los ojos. Se
sabe el Antiguo Testamento de memoria más nunca reparó en las promesas de Dios
de una nueva creación del hombre como por ejemplo está: "Os daré un
corazón nuevo y un espíritu nuevo... " (Ez 36,26-27).
Nuestro amigo conocía esta promesa-profecía sin embargo no la hizo suya, despreciando así este don de Dios. Estemos alerta pues nos puede pasar lo mismo: tener mucha Biblia en la boca y poca o nada en el corazón.
P. Antonio Pavia
comunidadmariamadreapostoles.com
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