"Si alguno
me ama guardará mi Palabra y mi Padre le amará y vendremos a él y haremos
morada en él." (Jn 14,23).
Es muy importante tener en cuenta como mide el
Señor nuestro amor hacia Él: en la medida en la que guardamos sus Palabras, su Evangelio.
Quién se erige a si mismo juez de su amor a Dios enumerando lo que hace por El,
corre el peligro de marginar lo que dice Jesús acerca de amarle o
no, abocándose así a dos tristes consecuencias.
La primera es la
de cansarse, y su pretendido amor a Dios se le va diluyendo. Es un esforzarse
sin el impulso, sin la Fuerza de Dios, presente en el Evangelio de Jesús como
dice San Pablo (Rm 1,16) Solo con esta Fuerza de Dios es como crecen los
verdaderos discípulos de Jesús.
La segunda y fatal
consecuencia es la paulatina deriva hacia el fanatismo con sus fatales secuelas.
¡¡Señor danos la sabiduría y la humildad para...!! ¡¡Hacerte caso!! ...¡¡ Para
guardar tu Palabra en el corazón como nuestra Madre, María de Nazaret!!!!!
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
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