jueves, 21 de mayo de 2015

Los días de la tiniebla y la luz






Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir; me forzaste y me pudiste. Yo era el hazmerreír todo el día
Jer 20, 7-9


.........Los días de la tiniebla y de la luz

Los días del desgarro y el reencuentro

La luz invasora de tu esperanza

Tu voz, como envuelta en paz.

La mirada hacia el cielo

Los ojos abiertos para acogerte

El alma, asomada a la ventana
y el cielo como único lugar donde habitar.

Así es el encuentro contigo

Siempre descrito en nuestra mente
pero siempre distinto en tu voluntad

Así es tu amor clavado en el alma

Luminoso, involuntario, expansivo, total.
Déjame terminar de escribir cuanto antes.

Para poder leerte despacio y escuchar tu voz en mi alma.

Eterna eternidad, Mi Padre.

A ti levanto mis ojos,
a ti que habitas en el cielo.
Salmo 122

 Olga Alonso

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