También es semejante el Reino de los Cielos a
un mercader que anda buscando perlas finas, y que, al encontrar una perla de
gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra
Mt 13,45
Qué bonito, cuando tu amor se ha clavado en nuestras entrañas.
Qué bonito cuando el día comienza con un Padre Nuestro y los labios
pronuncian un “gracias Señor por todo lo que tengo”.
Qué bonito cuando cada momento del día está bendecido por ti y Tú nos permites verlo.
Qué bonito cuando caemos y sentimos tu voz.
Qué bonito cuando miramos al mundo y todo nos provoca una oración.
Qué bonito cuando nos permites amar a quien no amamos.
Qué bonito cuando, hablando de ti, alguien se estremece.
Qué bonitas tus palabras saliendo de
mi boca, sin saber bien cómo ocurre.
Qué bonito, Señor, todo reconstruido por Ti, después de tanta guerra, de
tanta batalla personal.
Qué bonita tu luz, que nos saca de la ceguera de nuestro yo.
Qué bonito escucharte, rezarte, oírte, sentirte.
Qué bonito saber que se cumple lo que nos prometes…….
QUÉ BONITO, SEÑOR
Que amables son tus moradas señor
Señor de los ejércitos
mi alma ansia y anhela los atrios del Señor.
Señor de los ejércitos
mi alma ansia y anhela los atrios del Señor.
Salmo 84,1
Olga Alonso
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