Bienaventurados los pobres en espíritu: porque de ellos es el
reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran: porque ellos serán
consolados. Bienaventurados los mansos: porque ellos heredarán la tierra.
Mt 5,3-5
Tú nos defiendes porque somos pequeños.
Porque para librarnos de nuestros enemigos, elegimos la oración como única
defensa.
Porque pusimos todo en tus manos, cuando las aguas agitaban nuestra barca.
Porque confiamos plenamente en tu respuesta, aun cuando no veíamos nada.
Porque no nos defendemos, nos amas y pones todo tu poder a nuestro
servicio.
Porque nos acogemos a ti sin titubeos, por eso somos pequeños.
Porque como David frente a Goliat, elegimos las armas del Cielo, la
oración.
Y por eso, Tú nos defiendes.
Porque somos pequeños.
Porque somos pequeños.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien».
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien».
Salmo 15,
1-2
Olga Alonso Pelegrin
Gracias Olga !'
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