Me
puse a pensar en el Rosario de la Virgen y me inventé algo que nos puede servir
si no lo tenemos encima y, queremos rezarlo en cualquier momento.
La
parte primera del Rosario, a nadie se le olvida, pero cuando vamos a los
misterios con sus 50 Ave Marías, como que sin “bolilas” nos liamos y nos podemos
equivocar -que no pasa nada…- Solución:
Después
del Misterio del día y Padre Nuestro, viene el invento. Imaginaros a Cristo en
la Cruz, primero “limpio” sin nada que Le duela:
La
cabeza de Cristo,
primer Ave María; el Cuerpo, 2º Ave María; las Piernas, 3º Ave María; Brazo derecho, 4º Ave
maría; Brazo izquierdo, 5º Ave María. Ya tenemos 5.
Ahora
empezamos a repetir su Cuerpo pero con “los sufrientes”:
La
Corona de espinas, 6º
Ave María; la Llaga del pecho, 7º Ave María; el Clavo de los Pies, 8º
Ave María; el Clavo del Brazo derecho, 9º Ave María; el Clavo del Brazo izquierdo,
10º Ave María y, ya están los 10. Después el Gloria y Letanía
a la Virgen en cada tramo del nuevo misterio.
¿Cómo
acordarse de las veces que te quedan? Pues muy fácil:
Los
primeros 10, nos imaginamos a la Virgen;
los segundos 10, S. José; los
terceros 10, a Juan el Bautista; los
cuartos 10, a los apóstoles; y los
quintos 10, al golpazo en la mejilla
que Le dieron.
Antes
me volvía loca buscando el Rosario, ahora lo tengo en mente como un cuadro; pero
cada cual puede hacer una “historia” diferente ¡Claro!, el caso es acordarse.
Emma Díez Lobo
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