¡Ojo!
no abuses de la Misericordia de Dios… “Hago lo que me parece mientras vivo y,
al final de mi vida -o en medio- me confieso y ¡Ya!”, y ya te
condenas…
Pecar
para confesarse después,
no es lícito ante Dios. Son cosas del demonio que te insta a tener la esperanza
del perdón cometiendo pecados sin fin. Dios es justo y misericordioso pero no
Le obligues a perder su paciencia contigo -está Escrito-.
El infierno es inmenso como el
firmamento ¡No sabes lo fácil que es llegar! La creencia de que el perdón es “gratuito”
es una grave ofensa a Dios.
Si no hay dolor de conciencia ante
cualquier pecado por pequeño que sea y reincides
sin fin porque piensas que obtendrás el perdón infinito, te aseguro por
Palabras del Antiguo y Nuevo Testamento, que no serás perdonado: Daniel
5-3; Isaías 1; Mateo 21-29; Job 14-17; Eclesiastés 5-5; Génesis 15-16… Todos hablan
de no añadir pecado sobre pecado… El mero hecho de ser un fariseo, por no
cumplir, es suficiente para que Dios te juzgue y te condene; lee como dijo: “No
os conozco” (Mt. 7:21-23).
La desobediencia a La Palabra, donde
está toda tu vida y comportamiento, es la clave de su frase: “No te
conozco”. Hacer lo que “te
parece correcto” sin pasar por el
Evangelio, no viene de Dios, sino de ti… ¡Pobre miserable!
Pidámosle
ayuda para actuar en comunión con su Palabra. Dios ensalza nuestra lucha y nos perdona si ponemos
nuestra debilidad en sus manos, deseando con el alma parecernos a Él y Él, es
el Evangelio.
No esperes al final un perdón gratuito…
Su justicia será implacable.
Emma Díez Lobo
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