La vida te desilusiona para que dejes de vivir de ilusiones y veas
la realidad.
La vida te destruye todo lo superfluo, hasta que quede sólo lo
importante.
La vida no te deja en paz, para que dejes de pelearte, y aceptes
todo lo que Es.
La vida te retira lo que tienes, hasta que dejas de quejarte y
agradeces.
La vida te envía personas conflictivas para que sanes y dejes de
reflejar afuera lo que tienes adentro.
La vida deja que te caigas una y otra vez, hasta que te decides a
aprender la lección.
La vida te saca del camino y te presenta encrucijadas, hasta que
dejas de querer controlar y fluyes como río.
La vida te pone enemigos en el camino, hasta que dejas de
“reaccionar”.
La vida te asusta y sobresalta todas las veces que sean
necesarias, hasta que pierdes el miedo y recobras tu fe.
La vida te quita el amor verdadero, no te lo concede hasta que
dejas de intentar comprarlo con baratijas.
La vida se ríe de ti tantas veces, hasta que dejas de tomarte todo
tan en serio y te ríes de ti mismo.
La vida te rompe y te quiebra en tantas partes como sean
necesarias para que por allí penetre la luz.
La vida te enfrenta con rebeldes, hasta que dejas de tratar de
controlar.
La vida te repite el mismo mensaje, incluso con gritos y
bofetadas, hasta que por fin escuchas.
La vida te envía rayos y tormentas, para que despiertes.
La vida te humilla y derrota una y otra vez hasta que decides dejar morir tu ego.
La vida te niega los bienes y la grandeza hasta que dejas de
querer bienes y grandeza y comienzas a servir.
La vida te corta las alas y te poda las raíces, hasta que no las
necesitas, sino solo desaparecer de las formas y volar desde el Ser.
La vida te niega los milagros, hasta que comprendes que todo es un
milagro.
La vida te acorta el tiempo, para que te apures en aprender a
vivir.
La vida te ridiculiza hasta que te vuelves nada, hasta que te
haces nadie, y así te conviertes en todo.
La vida no te da lo que tú quieres, sino lo que necesitas para
crecer y evolucionar.
La vida te lastima, te hiere, te atormenta, hasta que dejas tus
caprichos y berrinches y agradeces respirar.
La vida te oculta los tesoros, hasta que emprendes el viaje, hasta
que sales a buscarlos.
La vida te niega a Dios, hasta que lo ves en todos y en todo.
La vida te acorta, te poda, te quita, te rompe, te desilusiona, te
agrieta, te rompe… hasta que sólo en ti queda AMOR.
(Berth Hellinger)
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