Mirad que Dios nos avisa de esta
eternidad fatal y no somos conscientes.
Ni
un alma más debería
ir al Hades por falta de confesión…
El problema es dar por hecho que
Dios no permite que la “gente normal” se condene. ¡Error! El no cumplimiento… (Mt 7-22).
Aunque solo fuera “por si acaso”, debemos
hacer lo imposible por saber cómo
salvarnos a la luz de sus Dogmas.
¿Tienes verdadero conocimiento de lo
que Dios te pide? Seguir a Jesús comporta
renuncias y lucha interior. No es fácil te lo aseguro y, si hicieras un
análisis de tu proceder -a la luz del Evangelio- te asombraría la cantidad de cosas que crees hacer bien pero que te
dejan fuera del cielo. Ninguna excusa es válida ante Dios, a no ser dónde
el Evangelio no haya llegado.
Miles de millones obviaron su Palabra y
se condenaron por necios, tal vez
iguales a ti o a muchos de los que pasan por nuestro lado.
No abandones tu alma a su suerte y,
vete al Templo de Dios dónde te espera en la persona de su Consagrado: “Sobre
ti edificaré mi Iglesia… A ti te daré las llaves del Reino…” (Mt 16,13-20). Solo ellos pueden reconciliarnos
con Dios.
Cuando entiendas que nuestra conciencia,
sin la Iglesia, no puede salvarnos, no
habrá ni un alma más que por indiferencia y desconocimiento vaya al Hades, ni una
más.
No olvides que de “la fogata” no se
sale y en el juicio final ¡otra vez “pa dentro”!…
Emma
Díez Lobo
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