-No
mujer ¿por qué?, ¡si te vas salvar!
-Pues porque el purgatorio es la pera,
triste a rabiar y terrible… Y sí sí, a salvar, no lo dudo pero lo que me faltará
para ver a Dios, no me lo cuenta… Me lo
cuento yo, que llegar al cielo, ni es lento, ni es tan fácil ¡Madre mía!
-No
te angusties. El tiempo de la pena será proporcional a la culpa que enmiendes.
Y esta pena es saldada con las Indulgencias Plenarias, Años Jacobeos y por
supuesto con la intención de cumplir tus promesas en confesión. Menos culpa, menos pena. Tampoco puedes vivir con miedo a Dios, sino
con el amor que te profesa para que hagas su voluntad ¡Qué no es tan
complicado!
-Ah ¿no? Pues me paso el día metiendo
la pata sin querer… Sí sí, sin querer pero “queriendo” y cuando llego a casa,
la verdad es que me arrepiento. ¡Es tan difícil callarse sobre todo en política
o hablando de Dios…!
-¡Pues
hija, cállate un poco que no vas a arreglar el mundo! y en cuanto a Dios, ya sabes
que Él no desea que discutas; en discusión no convences a nadie. Lo que Dios te
pide es que prediques con el ejemplo, haciendo las cosas bien y hablando con
bondad de quien sea, así estarás haciendo
la voluntad de tu Padre.
-No, si yaa, pero ¡anda qué no es
difícil morderse la lengua! ¿Dónde más se ganan Indulgencias?
-Reza el Rosario delante del Santísimo,
confiesa, Comulga y pide por el Papa, también así se cumple Pena
(purgatorio).
-
Allá que voy…
Emma
Díez Lobo
No hay comentarios:
Publicar un comentario