sábado, 5 de septiembre de 2020

Domingo XXIII T. O.

 

 Jesús nos habla hoy de la corrección fraterna. Os digo con tristeza que la traducción española utiliza el verbo reprender respecto a corregir cuando el texto original habla de la corrección con misericordia que es muy diferente a la reprensión.

 Dicho esto nos centramos en la corrección misericordiosa por excelencia: la que nos ofreció a todos el Hijo de Dios desde la Cruz. Despreciado hasta lo indecible, vejado y humillado incansablemente, traicionado, negado, abandonado y por último crucificado.

 Sin embargo y para sorpresa de todos con sus últimas fuerzas grito al Padre !Perdónales, no saben lo que hacen! Jesús corrigió a esta muchedumbre infame derramando sobre ella su Misericordia. Y para sorpresa de todos su Misericordia curo sus infamias. De hecho Lucas puntualiza que al morir Jesús..." La muchedumbre que había acudido a aquel espectáculo, al ver estas cosas, se volvieron golpeándose el pecho. Golpeándose el pecho, como el publicano. (Lc 18,13) Solo el que se ha dejado corregir sus infamias misericordiosamente por Jesús, está capacitado para corregir compasivamente a los demás

 P. Antonio Pavía

https://www.comunidadmariamadreapostoles.com/

 

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