Hágase en mí tu
Palabra
La Iglesia nos
ofrece hoy el Evangelio del Anuncio del ángel Gabriel a María.
Sabemos su
respuesta: ¡Hágase en mí según su Palabra! Su aceptación nos indica que
la verdadera dimensión de la fidelidad a Dios no se mide conforme a lo que
hacemos según nuestros criterios, sino acogiendo los de Dios, que fluyen de su
Palabra.
Cuando nuestra
relación con Dios se apoya en nuestros criterios asumimos ciertos riesgos,
compromisos, renuncias, etc., según nuestra generosidad. La respuesta de María
supone un salto casi cósmico al decir a Dios: Hágase en mí tu Palabra. Pensemos
que el creerse que el Hijo de Dios se encarnaría en ella por obra y gracia del
Espíritu Santo no cabe en la mente de nadie, en la de María sí y por ello es
Madre de la Iglesia, porque creyó que para Dios no hay nada imposible (Lc
1,37).
También el
Evangelio de Jesús transciende nuestra mente "tan pragmática". María
es Madre del Discipulado porque, quien desea ser discípulo de Jesús, no adapta
su Evangelio a sus miedos y mediocridades sino que desde sus impotencias le
dice: Haz en mí el Discipulado según tu Evangelio.
P. Antonio
Pavía
https://www.comunidadmariamadreapostoles.com/
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