jueves, 18 de febrero de 2021

Si supiéramos rezar…

 

                                                 

 ¡Cuán importante es aprender a rezar y a orar! Con la oración reclamemos la Fe, que ni se estudia ni se comprende, se adquiere con la ayuda de Dios. El día que esto sucede, se Lee la Biblia con pasión.       

En la enfermedad, es necesaria la oración. Imaginemos a Jesús “enfermo” a punto de Morir y a María a sus pies orando, aceptando la injusta tragedia. Éste hecho de humildad  deberíamos aplicarlo en nuestra vida.    

Hoy la madre de mi amiga con medio pulmón y 72 años, enferma gravísima de Covid, ha mejorado casi de repente. Los Rosarios por ella y la Fe hacen milagros. Dios dijo: “Pedid y se os dará”.

El nieto de 8 años, lloraba y lloraba por infectar a su abuelita… No era culpable pero no tenía consuelo. “Mañana”, cuando Claudia deje el hospital, la alegría inundará el hogar, ese niñito dormirá feliz y la familia vivirá en la paz de Cristo.

A veces los milagros suceden por algo más grande. Cuando Dios es el centro de nuestra vida, acoge nuestras penas y las resuelve de la mejor manera, aunque no siempre como quisiéramos -la Virgen también habría deseado que su Hijo viviera, pero Jesús se fue por NOSOTROS-. 

Desde México a Granada pasando por Madrid, pido por los amigos enfermos y Dios hará el milagro, bien por el enfermo, bien por los demás como sucedió Aquél día…  

Pero han pasado semanas y les has dejado aquí, supliendo la pena incomprendida por la alegría deseada y Te doy las gracias, Señor.       

Emma Díez Lobo          

 

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