¡Qué feliz has
hecho a Dios pero que tristes nos has dejado!
Se ha ido a “casa”
mi amigo… Emprendió el vuelo sin mediar palabra con el mundo, porque su mundo
en el silencio, solo entraba Dios.
Su amistad ha bañado
mi alma, llenado mis ratos ante la pantalla del móvil… He de aprender a vivir
sin que me salude en la mañana y en la noche. ¡No, eso no! Y dejo sus mensajes
abiertos de mil días atrás hasta que mi corazón pueda decir ¡Adiós amigo, hasta
la eternidad!!!
No está al otro
lado del WhatsApp pero no renuncio a tenerle cerca como tampoco lo hace su
amado Almorox, la ciudad que le vio crecer y a la que tantas horas dedicó.
Dime Dios ¿Por qué
se van tantas personas buenas?, tal vez sea una lección de humildad para
entender que este pellejo que guarda el alma, muere cualquier día en cualquier
momento…
Huérfanos de su
amistad pero no de luto porque “Pedrolo” VIVE. Desde donde estés intercede ante
Dios por los que aún quedamos en esta vida de penurias, hasta que como tú,
hagamos el gran viaje a las estrellas del cielo.
Tan genial, tan de
Dios, tan en paz, que a Dios pido te fueras sin cruel sufrimiento.
Un día me dijiste: “La puerta del cielo es estrecha, pero yo
aunque sea, entro a empujones. No ha hecho falta, amigo mío, tu entrada ha
sido triunfal. .
A Pedro Pablo Crespo Escudero in memoriam.
2 febrero 2021
Emma
Diez Lobo
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