jueves, 4 de febrero de 2021

Amigo mío

 

                                                                          

¡Qué feliz has hecho a Dios pero que tristes nos has dejado!

Se ha ido a “casa” mi amigo… Emprendió el vuelo sin mediar palabra con el mundo, porque su mundo en el silencio, solo entraba Dios.    

Su amistad ha bañado mi alma, llenado mis ratos ante la pantalla del móvil… He de aprender a vivir sin que me salude en la mañana y en la noche. ¡No, eso no! Y dejo sus mensajes abiertos de mil días atrás hasta que mi corazón pueda decir ¡Adiós amigo, hasta la eternidad!!!     

No está al otro lado del WhatsApp pero no renuncio a tenerle cerca como tampoco lo hace su amado Almorox, la ciudad que le vio crecer y a la que tantas horas dedicó.   

Dime Dios ¿Por qué se van tantas personas buenas?, tal vez sea una lección de humildad para entender que este pellejo que guarda el alma, muere cualquier día en cualquier momento…    

Huérfanos de su amistad pero no de luto porque “Pedrolo” VIVE. Desde donde estés intercede ante Dios por los que aún quedamos en esta vida de penurias, hasta que como tú, hagamos el gran viaje a las estrellas del cielo.     

Tan genial, tan de Dios, tan en paz, que a Dios pido te fueras sin cruel sufrimiento. 

Un día me dijiste: “La puerta del cielo es estrecha, pero yo aunque sea, entro a empujones. No ha hecho falta, amigo mío, tu entrada ha sido triunfal. .

A Pedro Pablo Crespo Escudero in memoriam.

2 febrero 2021  

 Emma Diez Lobo

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