viernes, 23 de febrero de 2018

Así no se puede vivir


                                           
              

Me planteo nacer para morir un día concreto y además conocerlo…

No, así no se puede vivir… ¿Cuántos años de juventud me quedan después de la adolescencia?, ¿17?

No será una muerte sosegada, tampoco tendré fármacos para el dolor; seré torturado, perderé carne y sangre a raudales, mi cara ensangrentada y golpeada me quitará la vista de mi ojo derecho y lo más trágico, no podré respirar con mis pulmones encharcados.

No, así no se puede vivir. No es humano saber lo que el hombre hará conmigo cuando esté comenzando a  madurar la vida.

¡Tenebroso futuro el mío! Y no pasará de mí ese cáliz más amargo que la hiel.

Mis amigos, mi madre, mi familia serán testigos y no podrán hacer nada para evitarlo… ¡Ni mi Padre puede! Puesto que de Él viene entregarme en favor de la humanidad; cortar mi vida para salvarles, dejar el amor de los míos y sufrir su dolor e impotencia…

No, así no se puede vivir, ni sonreír, ni esperar…  NO, YO NO PUEDO.

Pero Él, SÍ… Historia real, cruda, despiadada. Dicen que era Humano, que tenía Madre, amigos, que dormía, comía y Hablaba sin parar… Dicen tantas cosas grandes que el mundo cuenta los años desde su Nacimiento... Dicen que era Dios.

Sí, Dios era el único que podía soportar aquella vida programada en base a la maldad del hombre. ¡Qué terrible para Él haciéndose Hijo y Padre!, qué angustia desde el principio, callado hasta el final.

Desde entonces, cielo abierto y fuerza más gracia para facilitarnos el camino hacia la sublime eternidad.

No, no puedo entender al hombre después de esto, y ahí están, día y noche sin “tocar a Dios” y, pienso: 
  
El amor por nosotros era EXTREMO y sucedió. Desagradecido mundo ¡Cambiad!

Emma Díez Lobo                                                                                                     


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