No sé ni cómo empezar para describir a
María… ¿Cómo pudo soportar tanto sufrimiento?
-“Una
espada te atravesará el alma”. Poco dijo Simeón, poco… Pues fue
atravesada a espada casi toda su vida intentando comprender a su Hijo. No
podemos olvidar que la muerte de su esposo José, también le dejaría en una
terrible soledad.
Corría entre las gentes, subiendo el
interminable camino hacia el Gólgota, a media distancia de su Hijo ¡Qué horror!
Jesús con paso lento y tembloroso, callaba y le miraba en cada “descanso” de su
s caídas… ¡Cuánta Sangre derramada tras Él fue pisoteada a los ojos de su
Madre! (tal que ahora).
El tormento de María continuaría para ver
mucha más atrocidad. ¿Qué fuerza le dio Dios? (las demás somos tan blandas que
por todo “nos caemos”).
Cuando su Hijo Murió, la tortura vivida
por ambos, terminó, pero aún le quedaría Su ausencia, su pasión por Él y
cumplir lo que le dijo antes de morir: “Mujer he ahí a tu hijo y al discípulo Juan:
He ahí a tu madre” (Madre de
todos en nuestra salvación).
¡Hosanna María cuando supiste de Su Resurrección!
Divina recompensa al horror vivido.
Unos
15 años después y cargada de amor por Él y por la humanidad, murió.
Estaban aún oficiando su muerte en
Getsemaní (Monte Sión), cuando Tomás que había llegado tarde, pidió ver a su Madre Santísima. Al abrir el
sepulcro, María no estaba, en su lugar encontraron flores hermosísimas. Su Hijo
se la había llevado en cuerpo y alma.
Gracias María por aceptarnos como
heredad de tu Hijo.
Emma Diez Lobo
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