miércoles, 12 de septiembre de 2018

Yo soy Israel




                                                                                                 
Yo soy Israel, soy pueblo de Dios, pero no israelita que es bien diferente.

 Últimamente me asombra cómo los seguidores de Dios, nos estamos uniendo de tal manera que parece un milagro, es genial. Antes estábamos un poco dispersos y ahora… Más pegados imposible. Me encanta ver a Dios entre nosotros diciendo: ¡Venga, no os preocupéis, adelante, haced como los Ejércitos cuando invocaban a Santiago en las batallas! Yo os doy mi fuerza, mi baluarte y mi tesón, como a Santiago.

Si es que… Mientras más hablan ellos en contra, más hablamos nosotros a favor.

 Es fantástico porque lo que ignoran es que a Dios Le tenemos al frente. No hay retaguardia, todos estamos en primera línea de fuego. Y da la causalidad de que cuando más gritan, más silenciosamente nos unimos. Saber que estás en el lado bueno, es un premio, la mayor gracia que nos obsequian contra su voluntad.   
  
Es la consecuencia del empeño de estos “personajes extraños” de hacer desaparecer a Cristo. ¡Qué efecto tan contrario! Y qué regalo de honor y FE cada vez que nos lanzan sus maldades. 
     
Nosotros hablamos desde el corazón y ellos desde el rencor y el mal. Triste es ver almas tan oscuras y desviadas ¡Pobre gente! Rezar por ellos te da una altura que hasta sientes que rayas la vanidad.  

Somos un batallón de pastores, santos, ángeles, discípulos y ovejas por toda la tierra unidos como en tiempos de la Roma antigua… Por Bandera, una Madre Protectora y por Caudillo, el más Grande del universo ¡Dios!

¡Qué suerte, pueblo de Israel, lo tenemos todo!  

Emma Díez Lobo



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