Pero qué lugar buscamos
en el mundo, si tenemos el mejor: la primera fila, ante ti, capaces de verte y
capaces de escucharte.
¿Qué otro lugar,
inventado por los hombres o por nosotros mismos en nuestra carrera errática
puede superar el que me reservaste el día que lanzaste un hilo desde el cielo y
ataste mis sentidos a ti para poder verte, escucharte y entenderte?.
Me diste la necesidad
de buscarte desde el momento que abro mis ojos al nuevo día, retiraste el velo
de tu voz que resuena en la tierra sólo para los que tú quieres, los que
pequeños, casi nada, que levantan sus ojos al cielo pidiendo tu luz.
¿Qué otro sitio puede
haber mejor que éste?.
¿A qué gloria aspiramos
si vivimos envueltos en tu atenta mirada, si nos has puesto ojos en el alma y
vemos el mundo por detrás de su escenario y descubrimos el dolor de los hombres
más allá de lo que muestran?.
Si supiéramos que el
mundo no nos humilla porque tú nos recoges, si nos diéramos cuenta que todo lo
que somos y tenemos está guardado en tu seno, viene de ti y vuelve a ti, no
habría tiempo para lamentar, para buscar en el mundo lo que ya hemos ganado, lo
que tu mano de Padre nos entrega cada día.
(Olga)
comunidadmariamadreapostoles.com
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