viernes, 9 de diciembre de 2016

Allanad el camino




       En el adviento es clásica la cita de allanad los caminos. El diccionario define el adjetivo “llano” como: Igual, sin altos ni bajos; y al verbo allanar  le da una segunda acepción: Vencer, superar o hacer más fácil alguna dificultad.

En principio esto es lo que tenemos que hacer para preparar la conmemoración, el aniversario de la venida de Jesús. Debemos poner nuestra vida a nivel, sin altibajos. Tenemos que echar abajo los pequeños, o algunas veces no tan pequeños, montículos de nuestro defectos. Si, gracias a Dios, porque todo son dones de Él, tenemos la voluntad de trabajar diariamente en la preparación con pequeñas cosas, llegaremos  a conseguir una buena bienvenida.

       Tenemos que desmontar la soberbia de creernos superiores, de estar por encima del otro. A veces nos parece que somos imprescindibles y, no, aceptemos que somos prescindibles.

       Desmontemos las malas formas de aconsejar. Hagámoslo con humildad, con una sonrisa, con cariño, sin que parezca que estamos haciéndolo.
       Ayudemos sin que el otro perciba que lo estamos intentando siquiera.

       Suplamos con nuestra generosidad las deficiencias del trabajo del compañero, pero sin reprochárselo. Si tenemos que advertirle, hagámoslo con prudencia a fin de que se dé cuenta, pero sin humillarlo.

       Facilitemos a los demás su trabajo, sin ponerles dificultades ni obstáculos, sin hacérselo más difícil de lo que es, no esperemos a que vengan a solicitarnos ayuda, sino adelantémonos.

       Cedamos generosamente nuestro tiempo cuando alguien nos solicite. Dedicar unos instantes puede servir de gran consuelo para el otro. Sabemos que al final de esta vida lo que nos sobrará será tiempo, pues si estamos en esta etapa, ocupémoslo en hacer obras desinteresadas: visitar enfermos, tener una afectuosa palabra para un niño, pararnos y hablar con un indigente, detenernos con los vecinos para interesarnos por su salud, bajar a hacer un recado con buen semblante, colaborar con las asociaciones, hagámonos de algún voluntariado.

Agradezcamos expresamente los favores que nos hagan.

       Felicitemos y encumbremos las obras que lo merezcan.

       En fin, como dice el diccionario, hacer fácil lo difícil.


Pedro José Martínez Caparrós

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