viernes, 10 de noviembre de 2017

La Virgen escondida



La única imagen consagrada por un Pontífice (S. Juan Pablo II en 1993) es la imagen de la Virgen milagrosa de la Almudena en la Catedral de Madrid.

No se tiene conocimiento de cómo era la talla original que el apóstol Santiago trajo desde Jerusalén a Madrid en el año 38 de nuestra era. Unos 15 años antes de la muerte y asunción de la Virgen.

Supongo que la imagen original no sería del tamaño actual sino mucho más pequeña; dicen que esculpida por Nicodemus y pintada por S. Lucas, quien escuchaba a María hablar de su Hijo Jesús, en Éfeso. 
  
Es una imagen preciosa, dulce y sencilla tallada a finales del siglo XV. Cuenta la historia que el Rey Alfonso VI de León, después de conquistar Madrid en el año 1085, organizó una procesión en continua plegaria para que la adorada imagen apareciera -escondida más de 300 años atrás para evitar su destrucción por los moros-. Al pasar por la cuesta de la Vega, parte de un torreón de la fortaleza morisca cayó, quedando la imagen al descubierto. Cuentan que los dos cirios que la custodiaban, aún permanecían encendidos.  

Esta imagen pasó por varios nombres antes: “Santa Mª de la Vega, Concepción Admirable y Santa Mª la Mayor”, pero por su aparición en aquel lugar tomó el nombre de Virgen de la Almudena  (al-mudayna significa ciudadela en árabe).

Hoy Patrona de la Ciudad de Madrid desde 1977 por el Papa Pablo VI. Se celebra el día de su aparición el 9 de Noviembre de 1085.

Preciosa Virgen Santa María de la Almudena.  
   
Emma Díez Lobo


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