Alma mía
Dónde vas tan deprisa
dónde vas si aún no ha
nacido el sol,
dónde vas si aún
pareces dormida, la noche esta cernida y aún… no amaneció,
dónde vas con la llama
prendida...
entre la noche
escondida, con sigilo, andas descalza en lo oscuro y no ves donde pisas,
dónde vas de puntillas
entre sombras, si aún no ha corrido la cortina la luz del nuevo día y la luna
esta noche no brilla.
Dónde vas con esa
sonrisa, henchida de alegría, rebosando amor.
Voy a esperar
impaciente a mi Señor, que pronto llega, vestida estoy de brocados y diamantes
engarzados que resplandecen, eclipsando la luz del sol.
Le aguardare en la
puerta, la dejare entre abierta porque quiero ver brillar la luz de su rostro
cuando entre por ella y alumbre lo más recóndito y secreto de este su pequeño
templo, descansar así en los brazos amorosos de mi Señor.
Desde entrada la noche
llevo aguardando, velando su venida con guirnaldas entre mis manos y un frasco
de perfume de alabastro… para ungir a mi Señor,
He puesto un candil
encendido en el alfeizar de mi ventana por si se pierde y no me encuentra pues
anda buscándome desde la eternidad. Yo, no lo sabía… lo buscaba por todas
partes sin encontrarlo…ahora ando añorando que entre por esa puerta, antes de
que llegue la aurora y amanezca, para de rodillas postrarme y adorar a mi
Señor.
(Loles)
comunidadmariamadreapostoles.com
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