¡VELAD Y ORAD!
En este Evangelio Jesús
nos dice una y otra vez: ¡Velad!
No es que tengas que
velar porque Dios te necesite sino porque tú le necesitas a Él. Es un velar que
nos remite a la oración de Jesús en el Huerto de los Olivos. Acuciado por la
debilidad -en cuanto hombre- siente tal angustia ante la inminencia de su Pasión
que elevando sus ojos al Padre le dice: "Si es posible, que pase de mí
este cáliz...".
Jesús necesita la
Fuerza de lo alto para asumir su misión, es por eso que vela y ora. Fortalecido
por su Padre puede decirle... “no se haga lo que yo quiero sino lo que quieres
tu" (Mt 26,39).
Esa es la razón por la
que insiste tanto en que velemos y oremos: para poder hacer la Voluntad de
Dios. Sólo con esta disposición adoraremos a Dios "en espíritu y verdad”
(Jn 4,24). Solo desde la Sabiduría y Fuerza que nos vienen por velar y orar así
puede alguien decir a Dios: Aquí estoy. Velar con este espíritu nos introduce
en la Adoración perfecta, la que agrada a Dios, la que excava los cimientos del
Discipulado.
P. Antonio Pavía
https://www.comunidadmariamadreapostoles.com/
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