Santiago Apóstol,
Patrón de España
El Evangelio nos
presenta a la madre de Santiago y Juan solicitando a Jesús que ya que sus hijos
han dejado todo por seguirle, sean los más importantes en su Reino. Si nos fijamos
bien esta deferencia que esta buena, pero equivocada mujer, pide para sus
hijos, la anhelan dando lugar a fuertes discusiones los demás apóstoles.
¿No podía Jesús escoger mejor a sus discípulos? Pues no, detrás de las
apariencias y capas de piedad, todos somos iguales; nuestros corazones
son retorcidos como dice Jeremías (Jr 17,9).
Jesús les pregunta si
pueden beber el cáliz que Él va a beber y responden que sí, sin pestañear...
como Pedro (Jn 13,37). Al final todos los Apóstoles sí que bebieron el cáliz
que bebió Jesús… el cáliz de toda la amargura del mundo para salvarlo; pero…
¡¡Atención!! Sólo pudieron beber el cáliz después que murió por ellos... tú y
yo beberemos el cáliz de Jesús cuando seamos conscientes de que Él murió para
abrirnos el camino del Discipulado… con otro corazón… no con el corazón
idolatra propio de nuestros pecados.
P. Antonio Pavía
https://comunidadmariama.blogspot.com/
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