jueves, 1 de julio de 2021

Adiós alma querida

 


Durante años me preguntabas por qué no te ibas con Dios, que ya no querías estar aquí y yo te decía: “No te preocupes, Dios lo tiene en mente pero aún no parece ser el momento”...

Le pesaban horrores su más de 102 años y no hubo un día que no clamara a Dios por ese esperado viaje. Pero ayer a su nombre, Victoria, llegaba como en un sobre sin sello el ansiado pasaje al cielo.

Ella era parte de mi tiempo de mi quehacer diario. Amiga querida, te echo de menos; mi bolsita con tus llaves y las mías, ya no existe más, tantas cosas han dejado de existir...

Ya volaron tus años, tus incapacidades, tu tristeza y tus sueños de antaño ¡Cómo recordabas a tus padres y hermanos! Pero ya no hace falta hablar de ellos ni de las vides de tus tierras, ni de tu lengua vasca, ni yo de enseñarte todo lo que hacían mis manos... Ya estás en casa, al fin has dejado de recordar para vivir.    

Rezaba por ti para que no te apenaras y siguieras aquí, te quería en mi egoísmo, pero hoy dentro de la tristeza, tu marcha me consuela.  

Por tu cansancio, dependencia, dolor y angustia de vida, Dios te  redime de cuánto necesitas para estar con Él y los tuyos. No dudes de su misericordia y comprensión.

Gracias por tu existencia y no te olvides, ahora te toca a ti velar por nosotros, los “impedidos”.  

In memoriam  

29/6/2021 

Emma Díez Lobo

 

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