Jesús nos llama a
seguirle por medio del Evangelio, dice Pablo (2Tes 2,14). Es un caminar con Él
que culmina en brazos de Dios, nuestro Padre. Los que hacemos este caminar,
intuimos paulatinamente, que cada paso que damos nos acerca a nuestra plenitud
existencial.
Una figura de nuestro
ir hacia Dios la vemos en la travesía que hicieron los Apóstoles en el
mar por indicación de Jesús (Mt 14,22...). Una gran tempestad azota la barca y
el viento les es contrario.
Posiblemente los
apóstoles se preguntarían porque hicieron caso a Jesús, estando el mar como
estaba. Jesús que sabía muy bien lo que hacía impuso su autoridad sobre la
tempestad, imagen del mal, y la sometió.
Una apreciación; si
nosotros pudiésemos escoger el Camino que nos lleva al Padre, evitaríamos todo
viento contrario... pero volveríamos al punto de partida, no a la orilla donde
nos espera nuestro Padre.
P. Antonio Pavía
https://comunidadmariama.blogspot.com/
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