Ungido por la luz de la mañana,
levanto mi espíritu para recibir el regalo de este nuevo día.
Abre mis ojos a la belleza que me rodea
para que pueda atravesar este día
con el tipo de consciencia que exige una vida agradecida.
En toda la creación, déjame ver el brillo de tu rostro.
Brilla en mi corazón y en mi vida,
llenándome de alegría, creatividad, esperanza y risa.
Llévame a la gloria radiante de tu presencia
y también a las pequeñas luces de aquellos
con quienes vivo y trabajo.
Inspírame para que sepa dedicar tiempo
a los que están desanimados.
Que viva con el tipo de presencia
que permite a otros sentirse como en casa.
Gran amanecer de Dios, escucha
mi oración.
Amen
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