El Pan de la Palabra
Jesús multiplicó unos
panes, dio de comer a miles de personas y se retira con sus discípulos, sin
embargo esta multitud va en su búsqueda hasta que le encuentran. Entonces Jesús
les da una catequesis para que puedan pasar de la fe infantil a la adulta; les
dice: "Vosotros me buscáis no porque habéis vistos signos sino porque
habéis comido copiosamente.
Respecto a los signos,
Jesús se refiere a la enseñanza que los rabinos impartían en el Templo y
sinagogas; que el Mesías repetiría en Israel las maravillas que Dios hizo con
sus antepasados en el desierto. El signo de multiplicar unos panes apuntaba
directamente al "pan del Cielo", el maná con el que Dios alimentó a
Israel en su camino hacia la Tierra Prometida. El milagro-signo de Jesús fue
evidentísimo; testificaba que Él era el Mesías.
No se enteraron; visto
el milagro sus corazones fueron a lo suyo… que poco tenía que ver con
convertirse a Dios. Este Evangelio nos pone en la verdad; pidamos a Dios que
nos cure de la tentación de la
"milagritis" porque no hay mayor milagro para nuestra conversión que
encontrar en el Evangelio, por obra y gracia del Espíritu Santo, las Palabras
de Vida Eterna (Jn 6,8) que crean en nosotros un corazón nuevo.
P. Antonio Pavía
https://comunidadmariama.blogspot.com/
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