martes, 13 de julio de 2021

Perdonad, pero...

 

Pero nadie desaparece cuando se va de la tierra ¡NO!, y no lo digo porque quede en nuestro recuerdo, éste puede morir, sino porque se va a “la ciudad” prometida, una que tiene 12 puertas de piedras preciosas, árboles frutales y un río en medio de la plaza que sale de Dios (sea o no una alegoría, lo dice Jn en Ap.).     

Cuando nacemos ya estamos de camino a esa ciudad, pero qué difícil es admitir ese viaje final a pesar de verlo cada día, en los “medios”, en nuestras familias, en cementerios desde que el mundo es mundo.      

Si pensáramos que ha volado a Svalbard (allá, al norte del mundo) sería fantástico, porque está tan lejos que no le vuelves a ver. Eso nos pasó con una tía que se marchó lejos y nunca más, pero sabíamos que estaba; pues en estos casos lo mismo, cuando se “van”, están pero en “Svalbard”...

Es que no encuentro otra manera para conseguir algo de consuelo porque es un no parar de llorar.   

- Señor, danos una extra-confianza para sufrir algo menos, es horroroso.

- ¡Qué da igual que os lo diga millones de veces, que sufrís como locos, por favor creedme, están Conmigo!!!   

- Si yaa, pero “se fue” mi madre y... Jopeeeeee, cuatro años seguidos a llorar a la tumba.  

- ¿Ves?, da lo mismo, a ver si cuela eso de “Svalbard” (pero sin fríos) y diles que allí  estoy Yo.

Ojalá seamos capaces de verlo así...   

 Emma Díez Lobo

No hay comentarios:

Publicar un comentario