La alegría no llega
pero llega el recuerdo de la Natividad, que si te pones a pensar, es tan penosa
como la vivida por María y José hace 2021 años: “Huyeron de su hogar -la vida de su Hijo peligraba-, la soledad, el
miedo y el frío de los días hasta llegar a Belén no fueron fáciles, y cuando
llegan, es un establo lo que Les espera para que María diera milagrosamente a Luz.
No, no lo tuvieron nada “bonito”.
Ahora sucede “algo
parecido” en dificultades, soledades y problemas; es la Navidad, que recuerde en
toda mi vida, más parecida a la de Cristo.
Por eso, este año no
puede faltar un Misterio en conmemoración
de aquél día complicado, tan complicado como hoy, pero Sublime.
Y Dios, Dios no
quiere una fiesta ni un regalo, la triste situación mundial ha llenado de
lágrimas su Corazón y solo quiere que nuestro hombro, en su Nombre, comparta el
dolor y peso de otros, quiere que la Paz, en su Nombre, nos acompañe.
Celebremos pues, en
su Nombre, esta Navidad, solos o acompañados pero con tanta esperanza como la
que sintió la familia Sagrada aquella noche.
Amigos, yo tampoco salto
de alegría, pero si necesitáis de mí una palabra de consuelo, estoy aquí...
Emma Díez Lobo
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