Pues si lo miramos
por el lado bueno, por fin nos callamos un poco porque hay que ver lo que
hablamos de más... “A boca cerrada no
entran moscas”, “a mascarilla puesta
ni se te entiende”. Ya decía Jesús
que por la lengua se pierde el hombre y, yo digo: “Si te quitas la mascarilla y hablas
demasiado, te vas a la “·UCI” y también pierdes.
Entre que uno no
sale y charla menos, nos hemos evitado un montón de males viperinos; ahora
criticamos todo el día, eso sí, pero a la TV, al sofá que ya tiene una marca en
el cojín que alucinas... Es menos peligroso para el cielo, pero te entra un
mosqueo...
Dios no desea las “mascarillas”
¡Evidente! Lo que desea es que sin ellas utilicemos la lengua para “bien-decir”
y, eso la verdad es que no es muy habitual, así que después de tener la boca
“tapada” por imposición, hagámoslo por deseo.
Dios es muy listo ¡Cuántos
se habrán salvado por callar sus injurias, su maldad!... Benditas “mascarillas”...
O hablas para bien o te muerdes la lengua; o adviertes para salvar o te coses
la boca, porque al final de los días, por tu lengua pagas o por ella
ganas.
Vacunas y más
vacunas Covid... Sí, están muy bien, pero más nos valdría vacunas de Evangelio contra la
mentira y, aseguro por Dios que en las “UCIS” no esperaría Belial...
Emma Diez Lobo
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