Yo vivo en éste y
la cosa no es tan fácil; el aire huele a dolor, los creyentes a huida y la
alegría a nostalgia; ya los cantos de violines no funcionan y digan lo que
digan tú sigues hecho una pena, destrozado, con una esperanza tan diminuta que
ni la ves ni la sientes.
Creo honestamente
que las palabras de amor no llegan y que pocos se adentran en pellejos ajenos. El
que se empeña en hablar de ternuras es
que no circula por las calles.
Dios es el primero
que tampoco es feliz, es el más triste del universo ¡Pobre! Tanto para tan poco; y lo peor, el
mundo no se entera. Le vemos en la Cruz cómo
una imagen del pasado y es un reflejo del puro presente.
Dios no dice que
vivamos en paz, dice que oremos para obtenerla; Dios no habla de felicidad ni
te envía amor, NOS AMA; Él no dice
que sufrir sea bueno, dice que tu pena la sufre contigo; Él no te necesita, dice
que te preguntará qué hiciste con tu prójimo.
Sabe que vivir es complicadísimo y es lo que me vale; sabe
que una oración hará que cuando veamos a alguien por la calle, no nos sea ajeno
y es
lo que a Él le vale cuando piensa en mí.
Emma Díez Lobo
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