lunes, 29 de enero de 2018

Traición


     


                                                                      
Cuando “decides” que Jesús es tu vida y a Él te entregas… Qué triste Señor que te vuelvan a traicionar ¡Oh Judas! Ni tu vil recuerdo hace cambiar la mente de muchos.   

¿Cómo es posible la traición? Lo es una y mil veces. Ya el pecado no es simplemente pecado sino traición apostólica: Dinero, placeres, vanidad… La vida a pesar de su “corto tiempo”, siempre querrá llevarte por donde no debes y más aún si eres de Dios. Es lo que tiene ser de Dios, te dedicas a Él y el maligno se dedica a ti…  Entonces, cierra los ojos, apartarte del mundanal ruido y ORA, ORA sin parar; no hay mejor imagen y ejemplo que la de Jesús en el desierto… Vencerás, venceremos.

Jesús oraba todos los días y lograba el triunfo. Los Judas, no lo hacen y “se van” con el maligno, ellos lo saben… Unos se arrepentirán y otros arrastraran con ellos almas débiles en la fe. ¡Una tenebrosa desgracia!

Se crucifica a Dios cada día con pecados y traición. Me da una pena terrible: Por Él, porque vino a salvarnos de la condena; por nosotros, porque podemos elegirla por incrédulos.

No quiero pensar en los Judas que juraron fidelidad a Dios; pero hasta el último segundo de vida, confesando la miseria, actúa la Misericordia.

Fortalezcamos el alma y no habrá traición aunque sí pecado, porque a por pecadores pasó por la tierra. “No necesitan médico los sanos…” (Mateo 9,9-13).

Recemos mucho por los ministros de Dios y por la fe.


Emma Díez Lobo

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