Cuando
decimos: “El tiempo de Dios “visible” está cerca”, es que seremos testigos de
su venida, no sé si en esta generación y yo como siempre en medio, pero es lo
de menos estar vivo. No es un cuento, tampoco soy vidente, ni tengo charlas por
parte de Dios; simplemente la hora de la Justicia llega. ¡Miremos al mundo,
contrastemos el Evangelio de Juan!
Todo
se cumple, cada acontecimiento es un aviso cierto. No será hoy ni mañana pues
aún quedan elegidos por sacar de este mundo y en ello está Dios.
Cada
alma cuenta; cada rezo, una moneda de cambio por aquél que Le dio la espalda;
cada acto de bondad, una mirada de Dios. Las oportunidades se amontonan ¡No
desperdiciemos ni una!
Ser
enteramente de Dios es difícil, pero seamos conscientes de que no habrá vuelta
atrás ni arrepentimientos que valgan en ese justiciero día ¿Queremos estar a su derecha?
Obediencia
es lo que su Palabra pide a los católicos (no sólo somos cristianos). Sabemos
perfectamente lo que hacemos, nada nos es dudoso: Desde la crítica o el insulto,
hasta… Lo sabemos muy bien. A los seguidores de Jesús, el mal nos tienta como a
nadie.
De
momento y aquí (no, después) tenemos su Misericordia sin límites. Cerremos
nuestras puertas y bocas a infames palabras y actitudes; olvidemos la venganza
y durmamos en Dios. Él resolverá a su manera.
Adiós amigos y si hay un mañana, agradecedlo,
será un día más de confesión y perdón.
Me
he puesto seria. Somos ¡Tan miserables!
Emma Díez Lobo
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