jueves, 8 de junio de 2017

Paz a Vosotros

                          

                     
                                                
 Debe ser que sólo es “a vosotros” porque yo no tengo mucha paz…

Esto dirán millones de personas que lo pasan fatal y no levantan cabeza: Que si me falta una pierna, que si no veo ni torta, que si mi amigo padece cáncer, que si me han echado del trabajo, que si se ha ido a por tabaco y no ha vuelto…

Entonces te preguntas: ¿Dónde la paz de Dios? ¡Pues vaya!!!

¡Pues vaya, no!, ahí está la que Jesús nos da, justo ahí, en medio de la tribulación. Como lo explicaría…

Esa Paz es grandiosa y especial, tan especial que el sufrimiento no te hace herida, la agonía deja de existir, el llanto no desespera… En otras palabras, es otra manera de “sufrir sin sufrir” porque todo  lo has dejado en Sus manos. 

Es caminar tras Jesús  por la Vía Dolorosa con más alegría que pena por saber que en cada paso que das “sujetando su cruz”, te irradia la esperanza de un nuevo amanecer. Es vivir en la fe de sus palabras y entre ellas: La Paz. 

Muchos piensan que vivir en paz es tener una vida cómoda, fácil, despreocupada, sin más “desgracia” que la muerte. Esto no es verdad, vivir en La Paz de Dios es recibir de Sus manos todas las medicinas del alma para el sufrimiento. La otra clase de “paz”, no entra en sus planes, se llama mirar a otro lado...

- “Paz a vosotros” que tenéis un corazón de carne.  

Emma Díez Lobo




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