Te pedimos por el don de
vocaciones sacerdotales y religiosas para que en todas partes sea amado tu
Corazón.
Despierta en muchos
jóvenes una vocación sincera, alegre y entusiasta, con un espíritu de bondad,
humildad y sencillez y que quieran compartir su vida con los hermanos como
misionero de tu Sagrado Corazón.
Orienta el corazón de los
jóvenes hacia la radicalidad evangélica capaz de revelar al hombre moderno las
inmensas riquezas de tu caridad. Llámalos con tu bondad, para atraerlos a Ti.
Prendelos con tu dulzura, para acogerlos a Ti. Envíalos con tu verdad, para
conservarlos en Ti.
Señor Jesucristo, tú que
conoces cómo llegar al corazón del hombre, abre la mente y el corazón de los
jóvenes, que buscan y esperan una palabra de verdad para su vida; hazles sentir
que sólo en el misterio de tu encarnación pueden encontrar plena luz; da valor
a los que saben dónde encontrar la verdad, pero temen que tu llamada sea
demasiado exigente: sacude el alma de los jóvenes que quisieran seguirte, pero
no saben vencer las dudas y los miedos, y acaban por escuchar otras. Corazón de
Jesús en ti confío.
Tú que eres la Palabra del
Padre, Palabra que crea y salva, Palabra que ilumina y sostiene los corazones,
vence con tu Espíritu las resistencia y vacilaciones de los espíritus
indecisos; suscita en aquellos a quienes llamas el valor para dar la respuesta
de amor: “Aquí estoy, envíame”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario