viernes, 30 de marzo de 2018

¡Hola Dios !


                                                                                                                   

¡Menudos y tremendos días, Hermano! Sé que el Calvario no volverá a repetirse, pero el calvario de vernos unos contra otros, para Ti es peor que Morir…

Tú creaste al hombre y le conoces bien como también sabes que a la mínima oportunidad, allá que va sin acordarse de tus palabras; parece que nos encanta, parece que el poder del maligno arrastra sin piedad. Incomprensible pero cierto.

 ¿Te das cuenta? Ya lo creo que sí. Yo alucino conmigo misma y eso que soy de los que intentan no olvidarse. Creo que si tuviéramos un cromosoma de más, esto no pasaría. Benditos los que lo poseen.

Y Tú “muriendo” cada año, esperando que seamos hombres nuevos… ¿Tenemos alguna solución? A mi confesor le tengo “aburrido”… Y ¿qué quiere que yo le haga?, por mucho que Te lea, que Te escuche o que Te rece, allí estoy plantada.  
En fin, Amigo mío del alma, que no haces más que mirar por mí y yo, yo mirando los socavones de Madrid…

Espero que después de esta Semana Santa, me convierta en un ser nuevo y “con memoria”. No es fácil hoy, no criticar ni juzgar a ciertos personajes hacedores de daño y maldad en todo lo que a Ti se refiere (y en muchas más cosas).   
  
Pienso en tu Muerte por mí y en los que La utilizan para juergas vacacionales… 

Lo justo, encima se aprovechan de estos días, pues ¡Que sean honestos consigo mismos y se vayan a trabajar!!!

Yo quiero silencio. La Semana santa es para los que desean cambiar con tu ayuda.

Emma Díez Lobo


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