Siempre defendí la libertad del hombre
pero cuando se acerca el gran día de tu Muerte, se me agolpan las preguntas…
¿Por qué metiste la maldad en la libertad del mundo?
El hombre podía haber tenido bastante
con sus enfermedades, desastres naturales, muertes accidentales o muertes al
final de sus días. Pero no, además de todo eso tuvimos encima el mal consciente
e implacable.
Pues ¿Cuántos miles de millones de
almas pueblan el infierno por causa del mal? Nada de lo que Tú querías que
pasara, pasó y TUVISTE QUE VENIR para morir de la peor manera (causa de la peor
maldad del hombre en millones de años).
Jamás Te comprenderé. Si hubieras dado
menos poder al maligno o ninguno, hoy y ayer Tú no habrías sufrido así, ni yo
me sentiría tan culpable por ello. ¡Qué injusta tu Muerte!
Más lo peor es que a pesar de tu
VENIDA, cada vez más ateos… ¡Ya, ya sé que lo profetizaste, ya sé que
sucedería, ya sé demasiado sobre el mal!
Y hay tanto mal que sobrepasa la
inteligencia; sólo “cuatro” deciden ser santos… No, no Te entiendo.
Con este panorama me pregunto si venir
al mundo… Sé que el cielo es inimaginable, lo más extraordinario y maravilloso, pero ¡Señor! qué
pocos lo verán y cuántos miles de millones, no condenados al averno, esperarán
una eternidad en el sufrimiento para poder llegar a Ti.
Reconocer que en tu Calvario está mi
salvación, se clava a fuego, pero no ha sido justo para Ti, ni el hombre es capaz
de agradecerlo en su medida. No entiendo por qué tenía que ser así.
En esta Cuaresma Te pido que mi
intelecto no hurgue y me digas que TODO ESTUVO BIEN HECHO y NO DEJES DE PONERTE
EN MEDIO DEL MAL Y NOSOTROS, pues es bien sabido que “sin querer o queriendo”, elegimos
la condena temporal o eterna ¡Ignorantes a pesar de saber!
Emma Díez Lobo
No hay comentarios:
Publicar un comentario