Cada gota de tu Sangre, un pecado de la
tierra, ahí estaban también los míos
desde que nací. Ya no los tengo, ya soy libre de la esclavitud del mal, ya
puedo elegir si estar Contigo o morir.
Te negaron tres veces y yo cien, pero Tú me has perdonado; te
dejaron solo la noche más triste y yo
mil, pero Tú jamás me abandonaste.
Te juzgaron y yo seré juzgado; fueron contra Ti y hoy muchos van contra mí, pero Tú estabas solo ante Pilatos y yo nunca estuve sin Ti.
Me prometiste tu cielo, Resucitaste
para mí y Te hiciste visible para que el más incrédulo creyera y yo te creí. A mí también me verán
donde tu Gracia me lleve.
Copiaré tus maneras y virtudes; tengo
en mis manos tu Evangelio, tu amor y tu Reino. Señor, me dejaré llevar por la
Fe en tus Palabras y me levantaré de las cenizas.
Tu eternidad será la mía, Tu Amor, mi
fin y mi Dios visible. No necesito imaginarme nada más porque Tú, Hijo y Padre,
has hecho todo por mí.
Gracias
por tu Muerte para liberarme; gracias por quedarte conmigo hasta el final de
los tiempos y gracias por tu Amor absoluto y darme tu Misericordia infinita.
Por
todo y más ¡GRACIAS!
Emma Díez Lobo
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