Dios nos invita por
medio del profeta Isaías a confiar en su Nombre, es decir a apoyarnos en Él.
La invitación es
bellísima y la acogemos a la luz del Espíritu Santo pues sino corremos el
riesgo de invocar el nombre del Señor en la adversidad. Solo con la boca
y no con el corazón (Mt.15, 8) Invocar el nombre del Señor implica que está con
nosotros en toda prueba ayudándonos pues su honor, el honor de su nombre está
en juego (Sal.23, 3) es por eso que nunca te dejará solo ante el mal que te
acosa. En definitiva el compromiso de Dios con aquel que pone en Él su
confianza es infalible.
Ahora hemos de ver si
nosotros somos honestos cuando invocamos el nombre del Señor, es decir cuando
nos ponemos bajo su protección. Por ejemplo si una persona te hace mal, sea el
daño que sea, tienes dos opciones: tomarte la justicia por tu mano o confiar en
que El Señor, por el honor de su Nombre, te haga justicia. Si dejas que sea
Dios quien te haga justicia un día podrás testificar como el Salmista lo que
Dios ha hecho por ti (Sal. 66, 16)
P. Antonio Pavía.
https://www.comunidadmariamadreapostoles.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario