Lo
que sí es verdad es que con amor, lo de menos es conocer. Tanto la humillación
como el dolor o la injusticia, si amas, se soportan de otra manera. Jesús amaba
a malos y buenos y aunque el hombre no pueda amar de igual manera, sí sabe que
de él también depende la salvación de otros hombres y la de sí mismo. Tenemos
reglas para ello, Jesús nos las dio, se llama PERDÓN y ORACIÓN.
Y… “Puente de plata” al malo como dice
el Rosario: “Apártame de mis enemigos…” Es una gran frase que te libra de
la responsabilidad de enviarle al Hades si te quedas demasiado cerca y te
liquida. Seamos inteligentes y hagamos lo que nos dicen. Así que cuando te
encuentres con un “bicho” aléjate y reza para que cambie.
¿Difícil orar por ellos? Va contra la razón del
hombre común pero es el acto de amor que te cierra la puerta a la venganza, al
odio y la desesperanza.
Bernabé
Apóstol, nos pedía “bien decir con todos” y es verdad, no olvidemos que el legado
que Dios nos dejó fue ser sacerdotes al servicio de la salvación.
Emma
Díez Lobo
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