Existen los riesgos
calculados en la relación con Dios. Son propios de quienes no se fían del
Evangelio de Jesús y por ello lo dejan un poco de lado al tiempo que se dan a
rezos y sacrificios de toda clase. No se fían, por ejemplo de… "El que
pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará" (Mc 8,35).
Una cosa es ser buenos
y otra perder la vida por el Evangelio de Jesús... para esto se necesita la Fe
y el Amor a Dios… desde el corazón… no sólo con la boca (Mt 15,8).
Seamos realistas… así
de frío y calculador es nuestro corazón respecto al Evangelio de Jesús… y por
eso vino en nuestra ayuda, se Encarnó... Recordemos esta profecía sobre Él:
"… Me lo acercaré y estará junto a mí; pues ¿Quién arriesgaría su vida por
venir junto a mí?” (Jr 30,21b).
Jesús tentado hasta el
extremo, por ejemplo en el Huerto de los Olivos, jamás dejo de estar junto al
Padre, siempre guardo amorosamente su Palabra, que marcaba el itinerario de su
Misión (Jn 8,35).
Hemos de escoger entre
el riesgo calculado de los mediocres que pasan de puntillas ante el Evangelio o
acercarnos junto a Jesús. Y recordemos que todo el Evangelio es un… ¡Sígueme,
ven junto a mí, nos dice Jesús...!
P. Antonio Pavía
comunidadmariamadreapostoles.com
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