sábado, 2 de enero de 2021

Domingo II después de Navidad

 


https://youtu.be/Clo3W09qmOI


 ¡Déjame ver tu Rostro! Dijo Moisés a Dios. Él le respondió: "Hay un lugar junto a mí... podrás ver mis espaldas, pero mi Rostro es inaccesible"(Ex 33,18-23).

 Partamos con temblor sagrado estás palabras... "Puedes ver mis espaldas pero no mi Rostro". Sabemos que el Antiguo Testamento se abre paulatinamente hacia su Plenitud que es Jesús. Gracias a Él, Dios conocido de espaldas -la ley- nos va mostrando su Rostro.

 En su primera Carta Juan nos lo hace saber: "Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos... os lo anunciamos”; la Vida Eterna que estaba vuelta -de espaldas- al Padre se nos ha manifestado (1Jn 1,1-2).

 San Pablo certifica que podemos ver a Dios con los ojos del corazón (Ef 1,17-18). Falta aclarar cuál es ese “lugar junto a mi“ del que hablo Dios a Moisés... Nos lo da a conocer Juan… "Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y..." (Jn 19, 25-27)

 P. Antonio Pavía

 

 

 

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