martes, 23 de noviembre de 2021

Camposanto

 

                                                                                

¡Oh! tierra de nadie porque de nadie y de todos es la tierra de los hijos de Dios. Desierto de almas pero tan lleno de corazones que no hay lugar en el mundo que encierre más amor.

Sí, todos vamos, días, meses, años... Aún sabiendo que ninguno pasó por el Camposanto.      

Cuando Jesús resucitó a Lázaro -un hombre como nosotros- nos dio una prueba de vida; me pregunto por qué no lo pensamos. Nos arrastra la angustia por el hecho de no verles... Y honestamente creo que si les preguntáramos si les gustaría volver, ninguno lo haría porque su conciencia de VIDA ahora es más grande que la que aquí tuvieron.        

“Cruzar” Puertas Santas por ellos, es el mayor regalo que podemos ofrecerles para que en un “plis” se muden a la ciudad eterna de jaspe y oro (la describe Jn y es veraz).  

Señor si pudieras hacer algo “parecido” a lo hecho con Lázaro para verles caminar aunque fueran del color del viento, sería genial; ya sé que es una bobada mía pero Tú lo puedes hacer real en nuestra mente, nosotros no.     

- ¡CREE! Y les verás vivos en tu corazón y no como un recuerdo del pasado sino vivos como Yo en la actualidad.

- Y ¿Qué hacen, nos ven?, pregunta más tonta imposible.

- ... Anda y reza que lo necesitan para que su felicidad sea completa, y no te preocupes, están más cerca de Mí de lo que nunca estuvieron. 

  

   Emma Diez Lobo 

 

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