Me perteneces porque levantas los ojos
cada mañana y fijas tu mirada en mí.
Me perteneces porque miras al cielo
cuando la tierra te duele.
Me perteneces porque me buscas cuando
preguntas y no descansas hasta que encuentras respuesta.
Me perteneces porque soy tu baluarte, tu
columna cuando arrecian los vientos de la vida.
Me perteneces porque tu alimento es mi
palabra.
Me perteneces porque buscas cada día que
se cruce tu mirada con la mía.
Me perteneces porque me encuentras si
miras dentro de ti.
Me perteneces porque pasas tus días
abrazada a mi Palabra, atenta a mi voluntad y porque abres tus brazos al
hermano que agoniza, tus brazos que son los míos.
Me perteneces porque pides que cambie tu
corazón y porque te duele caer.
Me perteneces, me dices, porque
elegiste, arriesgaste, porque vives junto a mí.
Te escucho decir, Señor, “ven y
refúgiate”, escucha y descansa tu alma en los brazos de tu Padre.
Olga Alonso Pelegrín
https://www.comunidadmariamadreapostoles.com/
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