jueves, 18 de noviembre de 2021

Jesús y Zaqueo

 

Quizás de niño Zaqueo tuvo el deseo de ser alguien importante en Jericó y consiguió ser jefe de publicanos. Es cierto que estos no eran bien vistos, pues recaudaban impuestos al servicio de Roma, pero tenían sus amigos con los que alternaban.

 Un día Jesús llega a Jericó. Todos salen para verle, Zaqueo también, pero ve que la calle está abarrotada. Si la razón por la que quería ver a Jesús fuese simplemente por curiosidad o algo parecido se hubiese vuelto atrás pero no; Zaqueo ha conseguido ser alguien ante los demás y le parece escaso; quiere ser alguien ante Dios y por eso rompe con todo respeto humano y se sube a un árbol pues era bajo de estatura. Al subir al árbol se expuso a la burla de todos. Me imagino a Zaqueo, nervioso y casi arrepentido de lo que está haciendo. Ve acercarse a Jesús y piensa que con tanto bullicio no va a reparar en él.

 Jesús se va acercando. Nuestro amigo es un manojo de nervios hasta que Jesús llega donde él le mira a los ojos y le dice: ¡Zaqueo hospédame en tu casa! 

 Sin palabras, sin comentarios… o sí: todos los buscadores de Dios han tenido su experiencia; muy parecida a la de Zaqueo.

 P. Antonio Pavía

 https://comunidadmariama.blogspot.com/

 

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