Me refiero al día
que te presentes en las puertas del cielo (Mt 7,21-29). ¿Pero qué crees, que vas
a entrar porque no hayas asesinado ni puesto zancadillas? Antes entran asesinos
arrepentidos...
Que por mucho perdón
que mendigues al techo de tu casa y beses estampitas de la Virgen... Sin Eucaristía
ni confesión (tú que “conoces” a Cristo, y a María: “Haced lo que Él os diga”),
mal asunto. Dime ¿De dónde sacas ese invento de redención? Aaaaaah es una
exclusiva tuya, ya entiendo pues...
¡Pues que no, que
no entras!!! Que lo que tú haces no está escrito en ningún sitio; claro que si lo
que dijo Dios no te interesa, malamente vas a cumplir y si no cumples, malamente
vas a entrar, así de simple. No se puede
ir “sin Vestido de Boda al Convite”
(rechinar de dientes Mt 22:1-14).
Jesús dijo: “Más
te hubiera valido no haber conocido mi camino de justicia...” (P 2,21).
¿Ves cómo pasas de su Evangelio?, entonces, ya me dirás si la salvación está condicionada
a su cumplimiento ¡Que no es gratuita!
El perdón salvífico solo en manos Consagradas (Mt
18,15-20). Te gusten o no, ellos
perdonan en Nombre de Dios; a tu manera, ni vale, ni cuenta.
Ve a misa y te
enteras, ve a misa y confiesa, ve a misa y Comulga. Verás cómo cambia tu vida y
sabrás lo equivocado que estabas.
Dios te espera y yo
también que necesito de ti cómo tú de mí, por eso voy yo.
Emma Diez Lobo
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