La Mirada de Dios
El Evangelio de hoy nos
muestra la diferencia existente entre la mirada de Dios y la de los hombres.
La nuestra está
condicionada por el destello de las vanidades que seducen nuestros
sentidos, haciendo que toda vanidad sea " agradable a la vista"
como le pasó, aunque en otro contexto, a Eva. (Gen 3,1...) Lo escribas,
fariseos, etc., a quienes les gusta presentarse con amplios y vistosos vestidos
y mantos son la imagen de todos los que viven esclavizados por las apariencias.
Los Apóstoles no están exentos de esta seducción tan banal como ridícula.
En este contexto Jesús
les y nos indica cómo es su mirada. Tanto Él como los Apóstoles ven a unas
personas echando sus contribuciones en el arca del Templo. Los ricos echan
grandes cantidades bien a la vista de todos; otra forma de deslumbrar. En esto
llega una pobre viuda y echa dos moneditas. Seguro que nadie reparo en ella, no
valía la pena. Jesús sí; la miró con entrañable amor y dijo a los suyos. Está
pobre mujer dio lo que tenía para vivir. Los otros que tanto os deslumbraron
dieron de lo que les sobraba. Jesús, no alaba la generosidad de esta mujer sino
algo infinitamente mayor: su confianza en Dios; su certeza de que Dios, su
Padre, que provee la comida a las aves del cielo y que viste regiamente las
flores del campo, con mucha más razón cuidaría de ella. Se llama de adulta y
Jesús habla de ella: (Mt 6, 25...).
P. Antonio Pavía
https://comunidadmariama.blogspot.com/
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