-Señor ¿Puedes
ampliar nuestra birria de fe? Mira que Te lo pedimos y no nos hemos vuelto San
Franciscos...
- Ni os volveréis; Santos hay “cuatro” y tú eres del
mundo mundial, estás al final de mi lista como ves, pero con mi ayuda podré
ponerte la penúltima de los renglones.
- ¡Pues vaya, qué consuelo!...
Y ahí estoy intentando hacer un “Tomás” (dedo en llaga), pero como eso no puede
ser, no hay manera de subir un regloncito...
- Pero vamos a ver, ¿No dije Benditos los que creen sin
ver? ¡No escucháis! La Fe se acuna en el corazón con el milagro de la
Eucaristía y los Evangelios; tenéis la misma suerte que los Santos que tampoco
me vieron pero se dejaron caer en Mí, en cambio tú te resistes.
- Es verdad, a
veces es como si oyéramos llover y después cuando pasan cosas, no entendemos
nada... ¡Madre mía es que es así!
- Y tanto, ni siendo repetitivo ponéis el oído ¡La
sordera hija, la sordera!, pero no te desanimes, muchos ya han subido renglones
y renglones hay para aburrir. Desde el Altar te doy la mano para escribir tu nombre
un poco más arriba ¡No te sueltes pase lo que pase!
A ver si me agarro
bien, aumenta mi Fe y no me voy “patrás” por tonta, que la Fe es confianza
aunque muramos, aunque nos falten las manos.
Emma
Díez Lobo
No hay comentarios:
Publicar un comentario