miércoles, 5 de abril de 2023

Partiendo la Palabra Los Anawin de Dios (II) (Mt 5,3)

 


Ya vimos como surgieron los Anawin: los judíos que se pusieron bajo la protección de Dios en Babilonia y que sufrieron el desprecio de su propio pueblo.

 Estos Anawin fueron una bellísima    profecía de Jesús, el Anawin por excelencia, profecía que se extiende a todos sus discípulos y que resuena especialmente en el libro de la Sabiduría (Sb 2,12-20). Su autor delinea con precisión el odio del mundo a Jesús y por extensión a sus discípulos.

 Leamos parte de esta profecía: " Presume de conocer a Dios...es un reproche para nuestros criterios, su sola presencia nos es insoportable...sigue un camino diferente..." (Sb 2,13-15). Se podría decir que su autor fue contemporáneo de Jesús pues calca asombrosamente su vida. 

 Continuamos leyendo: "Condenémosle a muerte afrentosa pues según él Dios le salvará. (Sb 2,20) Jesús, es el Anawin por excelencia, el Anawin Glorioso que nos abrió el camino hacia el Padre por medio del Evangelio de la Gracia (Hch 20,24) y de la Fuerza de su Dios (m 1,16).

 Sus palabras son el Aliento de su Espíritu que levantándonos de nuestra debilidad nos convierte en Discípulos suyos. Somos, por obra y gracia del Espíritu Santo, la Luz de Dios en un mundo que prefiere las tinieblas. (Jn 3,19) Somos despreciables para el mundo, pero preciosos a los ojos de Dios que nos ama con locura porque somos sus Anawin (Is 43, 1-4).

  

 

P. Antonio Pavía

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