¡Hala ya pasó la Navidad!... Pues
resulta que es ahora cuando empieza. Estos días pasados, no son más que los preparativos
de tu nuevo ser para este año.
Así es, porque no en vano nos han regalado Un
Guía y tenemos que cambiar un pelo o muchos pelos!
El recuerdo del nacimiento de Cristo se
llama oportunidad, otra más para los que aún pisamos la tierra. Oportunidad de
meter “cosas” geniales en el petate que deberemos enseñar; lo peor que nos
podría pasar es que pese poco o esté lleno de porquerías, que por cierto parece
que nos encantan.
Mirad, no es tan complicado… (¡Jopé que
no!):
Hoy, cuando vayamos a decir algo, pensemos
si vamos a hacer “daño” a alguien o si es una crítica (lo de siempre), pues…
justo, te pica la espalda.
Por la tarde, sonreír cuando se te
acerquen por si “las moscas”, así todo irá mejor.
Por la noche, rezar por los que ese día
se han ido del planeta (tropecientos); ellos pedirán a la Virgen por ti. ¡Fijaros
qué Gracia!!!
De madrugada, si no puedes dormir por tristezas
o dolores, habla con Dios y se lo ofreces por tu remisión. Pagar por adelantado
tu miseria, es uno de los mejores regalos de Dios (no sabes de lo que te
libras). El “quid pro quo” es genial.
Y así, cada día una cosa nueva hasta
ser “nuevos” en verdad (a ver si nos da tiempo). Sé que lo tenemos mega-difícil
porque vivimos en “la calle”, no en conventos, pero el esfuerzo, Dios lo apunta.
Emma
Díez Lobo
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